Esa situación ocasiona inconformidad entre la población porque los escombros les estorban, además de que se levantan nubes de polvo cuando hay viento o cuando pasan los vehículos, lo cual está ocasionando enfermedades en las vías respiratorias y contaminación de los alimentos.
En lo que respecta a los automovilistas, son enormes baches los que se han formado y eso ocasiona daños en la suspensión de sus unidades, mientras que distintos sectores cuando ha llovido se han formado lagunas que también hacen lenta la circulación.
Las obras abandonadas están en distintos puntos de la ciudad, lo cual preocupa a la población y automovilistas porque cuando se inicie la temporada de lluvias las calles se volverán intransitables.
La comerciante Gloria Martínez López precisó que expende su producto en el boulevard Akishino, el cual se le contamima con tanto polvo que levantan los vehículos que transitan por el lugar.
Además, explicó, sus ventas han disminuido drásticamente porque como hay mucho polvo la gente no quiere llegar a desayunar o a comer como ocurría anteriormente, por lo que urgió a las autoridades a tomar cartas en el asunto y liberen los recursos que se supone estaban etiquetados.
También, ayer amaneció en un muro que está en la ceiba, un cartel de repudio, donde se señala que “Este boulevard es un asco, ya basta de ineptitud del gobierno”, el cual más tarde fue arrancado presuntamente por personal del Ayuntamiento Municipal.
En diversas colonias donde se iniciaron obras ocurre la misma situación de abandono por parte de las constructoras que han tenido que retirar a su personal y maquinaria porque carecen de recursos para continuar los trabajos.
En algunos casos han dejado su equipo, como sucede con una aplanadora que está en una gasolinera abandonada en el Akishino, pero en otros casos en cuanto la han necesitado se la llevan para otras obras.
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