OPINION PUBLICA
Por: Gonzalo Egremy
Retirarán a más sitios de taxis.
El anuncio que hiciera el edil Ezequiel Orduña sobre la privatización del servicio de limpia, tiene una serie de aristas que van desde lo legal a lo social y a la desconfianza ciudadana.
Otra de las fracciones del 115 Constitucional obliga a los municipios también a otorgar agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de las aguas residuales.
Así como alumbrado público, mercados y centrales de abastos, panteones, rastros, calles, parques y jardines y su equipamiento, y la más importante, seguridad pública.
Sin embargo, la ciudadanía somos ofendidos por la actual administración municipal que no cumple con esa obligación que por ley tiene que cumplir, como tampoco en muchos otros servicios.
Y sobre eso, “el Cheque” Orduña, en complicidad con regidores, propone la urgencia (quizá para él o sus socios) de privatizar aún más el servicio de recolección de la basura.
Remarcamos el “aún más” en la privatización, por que desde hace tiempo que el municipio dejó de otorgarlo, y el servicio en Tapachula lo prestan unos tres mil tricicleros.
Con “módicas” tarifas que van desde los 5 pesos por bolsa (chica o mediana) hasta 15 ó 20 pesos por bolsas grandes o tambos, los tricicleros recolectan la basura en las viviendas.
Los más de tres mil tricicleros “particulares”, adheridos -afirman muchos de ellos- a uniones o centrales “obreras”, recorren colonias, fraccionamientos y todo el centro de la ciudad.
Luego de llenar los triciclos con los desechos, se dirigen a “centros de acopio” instalados por la misma dirección de limpia municipal en varios puntos de la ciudad.
En esos lugares, aseguran tricicleros, deben de pagar diez pesos por cada descarga de basura que realizan a personal del municipio destacamentados en esos “centros de acopio”.
Aparte, agregan, para que “los dejen trabajar” deben de pagar 80 pesos cada mes a la tesorería que preside Alma Rosa Cueto, la famosa comadre del “Cheque” Orduña, venida a bien desde ese cargo.
Las familias tapachultecas pagan (pagamos) un promedio de 90 pesos al mes (dos veces por semana el servicio de tricicleros) por la recolección de la basura “casera”.
Mientras que funcionarios municipales e integrantes del ayuntamiento, están dedicados a un jugoso negocio: recolección de basura de hoteles y empresas pero con los camiones de la dirección de limpia, gasolina y trabajadores que pagamos los contribuyentes.
Rara vez se observa la llegada de camiones de la dirección de limpia a las colonias y fraccionamientos; pero sí acuden normalmente a restaurantes y hoteles a otorgar el servicio.
Al ser enviados los camiones de limpia al servicio de empresas, por la corrupción entre funcionarios, la gente al carecer de dinero para los tricicleros, amontona la basura en las esquinas de la ciudad o patios baldíos.
La recolección de la basura en Tapachula, al igual que la seguridad pública y otros muchos servicios básicos, ha sido el talón de Aquiles de la presente administración municipal.
“El Cheque” Orduña prometió en su campaña para arribar a la alcaldía, que sabía cómo solucionar los problemas de los servicios básicos. Mintió.
Como una forma de disculpa a su ineficiencia, incapacidad y hasta ineptitud, solo se le ocurrió llorar en su informe el 19 de diciembre y ahora privatizar el poco servicio de limpia.
Para esa pretensión, debió primero de realizar una consulta a la ciudadanía, como aquella que hiciera el hoy flamante magistrado Capu, Díaz Athié, cuando el propio “Cheque” Orduña era el síndico del ayuntamiento municipal.
Ante la negativa de la ciudadanía a la privatización, le surgió otro negociazo a aquel ayuntamiento: compraron diez camiones viejos en los Estados Unidos y los presupuestaron con sobreprecio como si los hubieran sacado nuevecitos de la agencia.
Para muchos, la transacción que hicieran a través de un regidor de apellido Aguilar, fue otro de los muchos fraudes de aquel municipio.
Los viejos camiones, llamados King Kong, recién terminaron ahora con “El Cheque” Orduña como fierros viejos, pero eso sí, antes hubo la transa con las buenas autopartes.
En el actual proyecto de privatización del servicio de recolección de basura, nos dicen, se encuentran inmiscuidos regidores que pelean llevarse una buena tajada de ese “pastel”.
También diputados locales que, al igual que los regidores, venderían con “sobreprecio” su firma de aprobación de entregar, haciendo una faramalla legal, la concesión del servicio de recolección de basura a una empresa “amiga” del alcalde.
Los empresarios de la basura deberán de tener la certeza de la mencionada concesión, por que con una simple controversia en el Congreso del Estado o un juicio de amparo de algunos ciudadanos, se podría echar abajo la “privatización” del servicio y se duda que los hoy beneficiados funcionarios les devuelvan el dinero, ¿no cree usted?
BISBISEO
Se duda también que el gremio de trabajadores de la dirección de limpia, sea absorbido con todas sus consecuencias legales laborales por la empresa “amiga” a la que le darían la concesión; menos que sean liquidados conforme a la ley. O quizá sí pero los “abusivos” funcionarios utilizarían el dinero de las contribuciones de los tapachultecos///Como sea, es necesario que la ciudadanía no pierda de vista este otro sospechoso asunto del “palacio de cristal”///El delegado de tránsito del estado en Tapachula, Enmanuel Nivón González, jura y perjura que en este nuevo mes y año, más sitios de taxis foráneos serán reubicados del centro de la ciudad hacia otros lugares con menos caos, y que para ello dialoga y consensa con respeto con los permisionarios. ¿Será?///Salud.
Corrupción y mas corrupción en el "H." Ayuntamiento de Tapachula
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