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Trata: El Boomeran (g)

¿Alguno de ustedes ha ido de putas? Las respuestas de mis amigos siempre van dirigidas en el mismo sentido: "no", "yo no tengo porque pagar sexo", "para eso tengo a mi mujer", "las amigas siempre ayudan"...

¿Por qué es tan raro encontrar un hombre sincero al respecto? Me pregunto entonces como la demanda de prostitutas sube, por qué los puticlubs se incrementan, y finalmente cuál es la razón del vertiginoso crecimiento de la trata y el tráfico de mujeres y niñas en el mundo con fines de explotación sexual.

México es conocido ya como la nueva Tailandia: operan 47 bandas de tratantes según las investigaciones de organizaciones no gubernamentales. La trata de personas se ha convertido en el segundo negocio más redituable después del narcotráfico, desplazando al tráfico de armas. Anualmente se registran 6 millones de víctimas de este delito en el mundo, de las cuales el 90 por ciento son mujeres y niñas. El crimen organizado se embolsa cada año 32 millones de dólares.

La Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, CATWLAC acaba de publicar un estremecedor documento sobre la trata, también conocida como la esclavitud del Siglo XXI. Los testimonios de decenas de mujeres que fueron obligadas a prostituirse son espeluznantes, pero las historias de las niñas traficadas son terroríficas e indignantes:

"Me llamo Gris, tengo 10 años y soy adicta a la piedra. Nací en una comunidad muy pobre de Veracruz, y un día, un señor me jaló y me llevó a un burdel, en Coatzacoalcos,Veracruz. Ahí, éramos como 40 niñas, entre 8 y 12 años. Llegaban señores algunos de traje, otros con overol o camisas beige y un escudito, y nos obligaban a sentarnos en sus piernas, a chuparles su pene, y nos metían su pene en nuestros genitales y en la colita. Como no queríamos, y nos dolía, nos obligaban a inhalar piedra. La dueña nos arreglaba, y cada vez que llegaba uno o varios clientes, nos despertaban, nos hacían inhalar y nos sacaban a la sala, para que los señores escogieran. Les cobraban 500 pesos a cada uno (30 euros). Teníamos que atender como a diez señores cada una. Y cuando ya no pensábamos y se nos escurría la baba, nos echaban a la calle, como basura, y traían nuevas niñas. La dueña, tenía un jefe, que nunca supe cómo se llamaba, pero que también le pegaba muy fuerte. Cuando iba le pedía el dinero y le gritaba que era una pendeja. Un día llegó la policía y nos rescató. Nos llevaron a un hotel y ahí nos estaba esperando personal de la Coalición (CATWLAC), nos ayudaron mucho. Buscaron a nuestras familias, y a muchas se las llevaron a un hospital. Nos dieron de comer, y ya luego llegaron y nos llevaron a todas a un albergue especial para que pudiéramos aguantarnos cuando necesitábamos la piedra. Muchas de mis compañeras ya no se pudieron recuperar, ni regresar con sus familias. Me acuerdo que una de mis compañeras, una que le decían la Chiquis, se metió a bañar, y pasaban y pasaban las horas, y se seguía restregando con el sacate. Y por más que le decían que ya estaba limpia que ya no se tallara, que se iba a sacar sangre, seguía tallándose con mucha fuerza, y gritaba que se quería borrar todo lo que esos viejos cochinos le habían hecho. Otras aquí seguimos, tratando de recuperar nuestra infancia, nuestros sueños. Dice la Psicóloga que tenemos que tener un proyecto de vida. Pero es bien difícil olvidar lo que nos hicieron. Ya voy a la escuela, pero me cuesta mucho que me toquen... Voy a seguir tratando de recuperar mi vida. Hoy, ya tengo 16 años y muy pocas esperanzas y sueños..."


http://www.elboomeran.com/blog-post/175/7909/sanjuana-martinez/trata/

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