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Desconfianza

Otra artículo de opinión, creo que es importante escuchar todas las voces sobre cada problematica. En esta ocasion los comentarios de Claudia Segura en relación a la desconfianza que muchos mexicanos le tenemos a nuestro gobierno y a los medios, como dice un compa "Yo no era asi, ustedes se lo ganaron"...



Desconfiadillos desde chiquitillos

Por Claudia Segura
28 de Abril, 2009 - 06:35
Horas, horas y más horas de emisiones informativas a través de la radio parecen saturar el dial radiofónico nacional, el tema central: la influenza porcina que ya ha cobrado la vida a más de 150 mexicanos.

Algunas voces escépticas rompen el silencio y especulan respecto a la puesta en marcha de una cortina de humo, bajo el supuesto de que este rumor es sólo un distractor de algún suceso político o económico de mayor importancia mundial.

Desear que todo este jugueteo de ponerse un cubrebocas antes de salir a la calle, estar escuchando a Martín Espinosa a través de Reporte 98.5 de Grupo Imagen para enterarnos si han muerto más infectos de influenza; así como este terrorismo de escuchar hasta dos conferencias de prensa diarias con los secretarios de salud, trabajo y con la ministra de relaciones exteriores, ante la inminencia de perder incluso, el derecho de transitar libremente por el territorio nacional o los países circunvencios, resulta tan brutal, tan apocalíptico que comienzan ya las especulaciones que confieren un sentido de sobrepoderío a las autoridades federales, y se especula: ¿y si todo esto de la influenza no es más que un ardir para desordenar las campañas electorales venideras? Más aún, se alucina diciendo: Tal vez estamos maximizando los eventos para que bajen las presiones de Estados Unidos ante la alzada del narcotráfico fronterizo.

¿Es posible que toda esta parafernalia mediática fuera una puesta en escena para urdir un plan maquiavélico que en realidad enmascarara la crisis económica mundial?

Si esto fuese así, lo primero que saltaría es: ¿las autoridades federales serán tan grandiosas para estar orquestando un plan tan tremebundo? ¿No será que más bien están respondiendo a velocidad lenta ante un brote de influenza que los tomó absolutamente por sorpresa?

En lo personal por negro que fuera el panorama político del partido en el poder, no me imagino cómo se atreverían a confabular una mala fama para México que no sólo ha detenido por completo la de por si precaria enseñanza nacional, sino que está destrozando los pocos logros económicos que hubiéramos podido remontar ante la aterradora crisis económica global.

¿Podríamos descalificar a México con un rumor de enfermedad que ya está tirando por tierra la importación de los chinos de carne de cerdo mexicana, y que nos tiene al borde de demoler el turismo internacional para que enmascaráramos un suceso político desconocido? ¿A quién convendría eso? Yo creo que ni al más retrógrada enemigo del país.

La desinformación con base en noticias extraordinarias que roban el interés de la audiencia con mitos como “El Chupacabras”, la “osamenta de la Paca” o incluso, las noticias que especulaban respecto al robo de las reservas económicas mexicanas de manos de Carlos Salinas de Gortari, sí, pueden hacerse tan grandes como los comunicadores lo permitan, pero en lo personal, estoy segura de que los radioescuchas, los lectores del diario e incluso, la mayoría de los televidentes comunes, somos individuos que hemos crecido mucho en lo que se refiere a dejarnos engatusar por los noticieros que semejan a Nicolás Maquiavelo, quien describía en su libro “El Príncipe” las estrategias para enmascarar las acciones gubernamentales y así subyugar al pueblo.

Los alcances reales de propagación de la influenza porcina entre los mexicanos, y los habitantes de América y el resto el mundo pudieran acrecentarse de forma infinita si decidimos todos portarnos escépticos y descalificar la realidad contundente que nos aqueja con los más de mil infectados y las todavía fuertes secuelas de la enfermedad en todo el mundo.

¿Por qué ha sido México el depositario de tanta mala suerte en esta semana, con un brote de influenza porcina y con un sismo de seis grados en la escala de Richter? Tal vez por casualidad, por capricho de la naturaleza o por que Aquí nos tocó vivir. Lo relevante es que hay fenómenos mediáticos que vale la pena recapacitar:

Uno, es el que los radioescuchas, televidentes, lectores y la audiencia en general, nos hemos vuelto más escépticos, cosa que no es del todo mala, si pensamos que ahora no nos creemos a la primera ni aún las atrocidades más imponentes que nos están tocando vivir. Dos, es que ya somos una audiencia activa, donde, si bien aún podemos ser apáticos en el terreno de la participación política, actuamos de forma solidaria, democrática y ecuánime aún ante las adversidades como enfrentar en un solo paquete: inseguridad pública, crisis financiera, desempleo, brote de influenza porcina y por si fuera poco: un sismo de grado seis en la escala de Richter. ¡Si, aguantamos todo, pero somos desconfiadillos desde chiquillos, eso que ni que!

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