El religioso Alan Jones dice que, para construir nuestra alma, nos son necesarias las Cuatro Fuerzas Invisibles: el amor, la muerte, el poder, y el tiempo. Es necesario amar, porque somos amados por Dios. Es necesaria la conciencia de la muerte, para entender bien la vida. Es necesario luchar para crecer; pero sin caer en la trampa del poder que conseguimos con esto, porque sabemos que no vale nada. Por último, es necesario aceptar que nuestra alma, aun siendo eterna, se encuentra en este momento atrapada en la tela de araña del tiempo, con sus oportunidades y limitaciones.
Primera fuerza: el amor La esposa del rabino Iaakov vivía rebuscando motivos para discutir con su marido. Iaakov nunca respondía a las provocaciones. Hasta que, durante una cena con unos amigos, el rabino terminó discutiendo ferozmente con su mujer, sorprendiendo a todos los comensales. -Pero, ¿que ha ocurrido? –le preguntaron - ¿Por qué no has seguido tu costumbre de no responder? -Porque por fin me he dado cuenta de que lo que más irritaba a mi mujer era que me quedara en silencio. Actuando de esta manera, me estaba manteniendo distante de sus emociones. »Mi reacción ha sido un acto de amor, y así he conseguido que entendiera que yo estaba escuchando sus palabras.
Segunda fuerza: la muerte Nada más morir, Juan se vio en un bellísimo lugar, rodeado por las comodidades y por la belleza con las que siempre había soñado. Un individuo vestido de blanco se le aproximó: -Tiene usted derecho a todo lo que desee. Encantado, Juan hizo todo lo que había deseado en vida. Tras muchos años de placeres, buscó al tipo de blanco. Le dijo que ya lo había probado todo, y que ahora necesitaba trabajar un poco para sentirse útil. -Esa es la única cosa que no puedo conseguir – dijo el de blanco. -¡Voy a pasar la eternidad muriéndome de aburrimiento! ¡Preferiría mil veces estar en el infierno! -¿Y dónde piensa usted que se encuentra?
Tercera fuerza: el poder -He pasado la mayor parte del día pensando lo que no debería pensar, deseando lo que no debería desear, haciendo planes que no debería hacer. El maestro señaló a una planta y le preguntó al discípulo si sabía lo que era. -Belladona. Puede matar a quien se come sus hojas. -Pero no puede matar a quien simplemente la contempla. De la misma forma, los deseos negativos no pueden causar ningún mal, si no te dejas seducir por ellos.
Cuarta fuerza: el tiempo Un carpintero y sus auxiliares viajaban por la provincia de Ki, en busca de material para construcciones, Vieron un árbol tan gigantesco que cinco hombres tomados de las manos no conseguían rodearlo, y su copa era tan alta que casi tocaba las nubes. - No perderemos nuestro tiempo con este árbol - dijo el maestro carpintero. Tardaríamos demasiado en cortarlo. Si quisiéramos hacer un barco, se hundiría por causa de lo pesado que es su tronco. Si quisiéramos usarlo para la estructura de un techo, las paredes tendrían que ser exageradamente resistentes. El grupo siguió adelante. Uno de los aprendices comentó: - ¡Es un árbol tan grande y no sirve para nada! - Estás equivocado - dijo el maestro carpintero. Él ha seguido su destino a su manera. Si fuese igual a los demás, nosotros ya lo habríamos cortado. Pero porque tuvo el coraje de ser diferente, permanecerá vivo y fuerte mucho tiempo. |
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DEBO APRENDER que no debo poner toda la motivación de mi vida en una persona. DEBO ENTENDER que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado. DEBO ACEPTAR que en el amor, como en cualquier otra cosa de la vida, existen los tropiezos, las caídas y los dolores, y los gritos lo único que hacen es dificultar más las cosas. DEBO APRENDER que no es bueno sobrevalorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no debo esperar de mi pareja más de lo que puedo esperar de un ser humano. DEBO APRENDER que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique irrespetar a quien esté conmigo. DEBO ACEPTAR que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad, ya que a veces el suelo del fondo es el más apto y firme para brincar. Si la vida me demuestra que aquello en lo que puse mi corazón es una mentira, debo aceptarlo; llorando, desahogándome y renaciendo como la nueva persona que seré. Además, si soy paciente no veré como sufrimiento el tiempo que estoy en espera. DEBO TENER PRESENTE que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana, y así como me permito disfrutar, también debo permitirme llorar, ya que el dolor es parte de la vida, al igual que el placer. DEBO ENTENDER que la comodidad que me brinda la rutina es falsa, porque la vida está en constante cambio, por eso es necesario aprender a tolerar la inseguridad natural que se maneja en la vida cotidiana. DEBO ACEPTAR que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro se mueve como él desee y no como a mí me de la gana. Si éste me permite hacer algunas cosas sobre él, debo estar agradecido y no lamentándome por todo lo que no pude hacer. DEBO ACEPTAR que alrededor del amor, la sociedad ha creado muchas cosas que son un mito. Por eso debo dejar de poner atención a lo que se dice sólo por seguir en una falsa comodidad o por miedo al dolor o la soledad. DEBO MEJORAR mi autoestima... Para que la partida de quien quiero no me haga sentir despreciado, humillado o rechazado. Para no ser tan sensible al abandono. Para que no hiera mi ego. Para no terminar creyendo que me dejaron por mis defectos. Para poder aceptar que simplemente funcionó el tiempo que tuvo que funcionar. Para no arrastrarme poniéndome de alfombra a los pies de nadie. DEBO ACEPTAR que a quien le agrado hoy, no es seguro que le agrade mañana. Y eso no tiene por qué ofenderme si lo acepto. Sí acepto que a veces las personas no pueden dar más. Sí acepto que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo y a que yo ya no le guste. Sí acepto que quien amo tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mí no me satisfagan. DEBO RECORDAR que a veces lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y ... RECORDAR... Que la impaciencia es producto de un impulso emocional que tal vez pronto pasará. Que la impaciencia asfixia a quien está conmigo. Que la presión se puede convertir en irrespeto. Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, va mi impulso, mi compulsión, y podría hacer algo de lo que me arrepienta. DEBO APRENDER a no ser posesivo. El que alguien se vaya no es perder una pertenencia que me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es simple compañía, y “su dueño” tiene derecho a llevársela cuando desee. Y aunque “ser dueño” de alguien brinde más seguridad que tenerlo prestado, debo entender que eso es una ilusión. Aunque crea que es mía, no lo es; por lo tanto... No puedo decidir sobre la vida de quien esté conmigo. No puedo esperar que haga sólo lo que yo desee. No puedo controlarle, manipularle, adueñarme de ella, ni controlar su destino. No debo reclamarle a la vida porque me quitó lo que me prestó. Pero sobretodo: DEBO APRENDER QUE NUNCA DEJARÉ DE APRENDER, y que mientras continúo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir. Y ahora, que me empiezo a recuperar de los dolores que sufrí gracias a que ni siquiera había aprendido que había mucho que aprender, lo único que me queda es tomar un gran suspiro y decirme a mí misma...
VUELVO A EMPEZAR... |
| Esa es una pregunta que ya la borré hace mucho de mi cabeza, justamente porque no sé responderla. No soy el único. En el transcurso de todos estos años, he convivido con todo tipo de personas: ricas, pobres, poderosas y acomodadas. En todos los ojos que se cruzaban con los míos, siempre me pareció que faltaba algo – e incluyo a los guerreros, y a los sabios, gente que no tendría nada de qué quejarse. Algunas personas parecen felices: simplemente, no se plantean el asunto. Otras hacen planes: tendré un marido, una casa, dos hijos, una casa de campo... Mientras se encuentran ocupadas realizando esa lista, son como toros embistiendo: no piensan, sólo avanzan. Consiguen su coche, a veces consiguen hasta su Ferrari, les parece que en eso consiste el sentido de la vida, y no se hacen nunca la pregunta de arriba. Pero, a pesar de todo, los ojos arrastran una tristeza de la que estas personas ni siquiera son conscientes. Yo no sé si todo el mundo es infeliz. Lo que sé es que las personas están siempre ocupadas: trabajando más tiempo del que les corresponde, ocupándose de los hijos, del marido, de la carrera, del diploma, de lo que harán al día siguiente, de lo que hay que comprar, de lo que hay que tener para no sentirse inferior, etc. Pocas personas me dijeron: “Soy infeliz”. La mayoría me dice: “Estoy de maravilla. Conseguí todo lo que quería”. Entonces, les pregunto: “¿Qué es lo que te hace feliz?” Me responden: “Tengo todo lo que cualquiera puede desear: familia, casa, trabajo, salud...” Les pregunto de nuevo: “¿Alguna vez te paraste a pensar si eso era todo en la vida?” Y responden: “Sí, eso es todo”. Insisto: “En ese caso, el sentido de la vida es el trabajo, la familia, los hijos que crecerán y acabarán marchándose, la mujer o el marido que con el tiempo se transforman más en amigos que en auténticos enamorados. Y el trabajo terminará un día. ¿Qué harás cuando llegue ese momento?” Llegados a este punto, no me responden. Se van por las ramas. Pero siempre queda algo escondido: el empresario que aún no hizo el negocio que soñaba, el ama de casa a la que le gustaría disponer de más independencia y más dinero, el que acaba de conseguir su título en la facultad se pregunta si fue él quien escogió sus estudios o si alguien los eligió por él, al dentista le habría gustado ser cantante, el cantante hubiera querido ser político, el deseo del político era ser escritor, y el escritor es un labrador frustrado. En la calle donde escribo esta columna y observo a las personas que pasan, apuesto a que todo el mundo esta sintiendo lo mismo. Esta mujer tan elegante dedica sus días a intentar parar el tiempo, controlando la báscula, porque piensa que de eso depende el amor. En la acera de enfrente se ve a una pareja con dos niños. El hombre y la mujer viven momentos de intensa felicidad cuando salen a pasear con sus hijos, pero al mismo tiempo el subconsciente se preocupa del empleo que podría faltar un día, de las tragedias que pueden llegar en cualquier momento, y piensa en cómo librarse de ellas, cómo protegerse del mundo. Hojeo las revistas de famosos: todo el mundo riéndose, todo el mundo contento. Pero como frecuento este medio, sé que la realidad es otra: todos aparecen riendo o divirtiéndose en la foto, en aquel momento, pero por la noche, o por la mañana, la historia es diferente. “¿Qué voy a hacer para seguir apareciendo en las revistas?” “¿Cómo voy a disimular que ya no tengo el dinero suficiente para mantener esta vida de constantes lujos?” O “¿Cómo hago para aumentar mi lujo, para hacerlo más llamativo que el de los demás?” “La actriz con la que aparezco en esta foto, riéndonos las dos, celebrando algo, ¡mañana me puede robar el papel!” “¿Estaré mejor vestida que ella? ¿Por qué sonreímos, si nos detestamos?” En fin, me quedo con los versos de Jorge Luis Borges: “Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo”.
No cuestionar la búsqueda Cuenta Sri Ramakrisna que un hombre se aprestaba a cruzar un río cuando el maestro Bibhishana se aproximó, escribió un nombre en una hoja, la ató a la espalda del hombre y le dijo: - No tengas miedo. Tu fe te ayudará a caminar sobre las aguas. Pero en el instante en que pierdas la fe, te ahogarás. El hombre confió en Bibhishana y comenzó a caminar sobre las aguas, sin ninguna dificultad, A cierta altura, no obstante, sintió un inmenso deseo de saber lo que su maestro había escrito en la hoja atada a sus espaldas. La cogió y leyó lo que estaba escrito: “¡Oh, dios Rama, ayuda a este hombre a cruzar el río” “¿Sólo esto?”, pensó el hombre. “¿Quien es este dios Rama, al fin y al cabo?” En el momento en que la duda se instaló en su mente él se sumergió y se ahogó en la corriente. Paulo Coelho. Warrior of the light. |
Por Federico Arreola
La propaganda del PAN pedía a la gente, con insistencia, votar por el partido de Felipe Calderón, el "presidente" que sí combate a los narcos, para de esa forma dar la espalda a los delincuentes, es decir, a los priistas.
Este domingo supimos que la gente confía más en los delincuentes que en el risible Eliot Ness de Los Pinos.
Desde luego, si los ciudadanos de México votaron mayoritariamente por los bandidos de toda la vida hay que atribuirlo, sin duda, a la desesperación provocada por el peor gobierno que se recuerde.
Ha sido simplemente pésima la administración calderonista. No hay empleos, los precios suben, las fábricas cierran, el turismo se acabó, el peso se ha devaluado, la inseguridad en las calles es más terrible que nunca, la corrupción de los funcionarios públicos ha crecido, el número de pobres se ha elevado...
Puesta a escoger entre los facinerosos del PRI y los "buenos" panistas que han provocado el desastre que hoy es México, la gente optó sin vacilar por los forajidos.
La otra gran disputa, la que se ha dado al interior de la izquierda, se resolvió en contra de los socialistas "modernos" y "ejemplares" que los medios de comunicación han pretendido, durante años, elevar a la categoría de héroes simplemente porque decidieron combatir al principal enemigo de los mexicanos "decentes", Andrés Manuel López Obrador.
AMLO logró su propósito: que dos partidos que se han mantenido leales a su movimiento, el PT y Convergencia, conserven su registro, de tal modo de que queden listos para participar en las elecciones presidenciales de 2012.
Y, por supuesto, El Peje logró mucho más que eso: demostró en Iztapalapa, una de las zonas más pobladas de México, que tiene una enorme fuerza política.
De la nada, López Obrador llevó a Rafael Acosta, "Juanito", no solo a ganar las elecciones para jefe delegacional de Iztapalapa, sino que convirtió a este hombre, hasta hace dos semanas un perfecto desconocido, en una de las figuras más populares del país.
En Iztapalapa, AMLO aplastó a los chuchos. Y en el resto del país, el PRD chucho, tan elogiado por los medios durante tres años, obtuvo la peor votación de su historia.
De hecho, lo poco que el PRD ganó, en el Distrito Federal casi todo, fue conseguido por candidatos que en la Cámara de Diputados serán leales a López Obrador y no a los dirigentes de Nueva Izquierda (los prescindibles Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta Naranjo).
La sangre inquietaba en mis venas
y aquel verano al norte partí
para olvidarme de mi rutina
y sentirme liberado al fin.
Ver la tierra bañada de sol,
respirar aire en las alturas,
llenar el cuenco de mis ojos,
con lo más frágil de la locura.
Pero también la realidad mostró
otro reflejo en ella
cuando me habló un hermano al que también,
me llevó la huella.
Ya que vas a escribir, dijo,
cuenta de mi pueblo,
pobreza y dolor sólo trajo el progreso,
la cultura de la traición y los indios en los museos.
Me invitó a mascar de su hierba
y a morder de la pura verdad
me preguntó de que se ocupaban allá
en la capital
y yo sólo tuve palabras para definir la injusticia
y que sólo aspiraban al fruto de la propia codicia.
Al fin ví la tierra bañada de sol,
respiré aire de las alturas
y llené el cuenco de mis ojos,
con lo más frágil de la locura.
Ya que vas...
El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.
Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos".
Sin música la vida sería un error.
Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.
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Todo ciclo debe cumplirse desde su inicio hasta el final, los seres humanos estamos maldecidos, o bendecidos, según nuestras perspectivas a despedirnos inclusive de la vida misma e iniciamos otras aventuras desconocidas.
Existimos entes que no estamos acostumbrados a cerrar ciclos, dejamos cosas inconclusas porque queremos postergar ese final y no aceptar la victoria o derrota que ese evento nos deja, pues preferimos mantenernos en la batalla constante y sabemos que podremos continuar con esa aventura en lo posterior, pues mantenemos el vínculo con la misma.
Pero estos puntos suspensivos solamente postergan el aprendizaje, pues en cada nuevo reto cometemos los mismos errores debido a que no nos enfrentamos a la realidad, a nuestra nueva condición de derrotados o victoriosos.
Friedrich Nietzsche decía “Lo que no me mata me fortalece”, eh ahí el fundamento de afrontar los resultados, si no morimos en esa batalla pero la terminamos saldremos con una nueva posición ante el nuevo horizonte, tendremos ese aprendizaje en el que nos fortalecimos y conocemos nuestros aciertos y errores.
Es necesario concluir todo lo inconcluso, ¡vaya frase!...
Es necesario destruir para volver a construir, forjar con nuevos cimientos….
Es necesario despedirse…. Y decir por fin, ADIOS.
y no desaproveches una buena erección.
http://www.youtube.com/watch?v=nY1onEAgq7A
"Debe existir un pretexto para llevarte al Hotel"
http://www.youtube.com/watch?v=7Gz75nJ4OY4
Se mujer, pero se mujer
se azúcar, pero se dulce
se vida o muerte
fría o caliente
Se mi necesidad
para necesitarte siempre
todo el tiempo
quiero respirar tu aliento
Quiero estar contigo todo el día
quiero aburrirme de ti
Sólo quiero eyacular
mis ideas en tu mente
Sólo quiero eyacular
mis sentimientos en tu vientre
Quiero que seas mi intima
quiero que seas mi descanso
debe existir un pretexto
para llevarte al hotel
Usaré todas las palabras accesibles
usaré todas las artimañas disponibles
Quiero que seas mi intima
quiero que seas mi descanso
debe existir un pretexto
para llevarte al hotel
Sólo quiero eyacular
mis ideas en tu mente
Sólo quiero eyacular
mis sentimientos en tu vientre
Quiero que seas mi mujer
quiero que seas mi descanso
debe existir un pretexto
para llevarte al hotel
Debe existir un pretexto
para llevarte, oye nena para llevarte al hotel